En mi opinión, este cuento está muy logrado y puede verse reflejado en diferentes aspectos y ámbitos de la vida real; por lo que resulta, además de entretenido, útil y válido para la reflexión.
El único inconveniente que le veo es que defiende el cambio como algo siempre positivo. Yo entiendo que es más la disposición al cambio lo que hay que tener, la posibilidad de cambiar, pero, en algunos casos, puede ser buena la decisión de mantenerse en la misma situación. No obstante, está muy bien escrito y creo que tiene una gran capacidad de atracción para el lector, lo cual es admirable.
A mi modo de ver, los complentos del cuento, principalmente el debate final, terminan de englobarlo y le aportan un matiz muy positivo. A nivel personal, la aplicación de este cuento no tiene tanta repercusión como en las vidas de Jessica, Michael o Nathan, pero sí encuentro una pequeña similitud con algo que me sucedió hace unos meses.
Ocurrió que, por circunstancias familiares, me vi obligado a cambiar de domicilio. Aunque dentro de la misma ciudad, me alejaba de lo conocido, de "mi zona", donde estaban mis amigos a un tiro de piedra, el quiosco de la esquina, etc.
En este caso me identifico totalmente con Kif. En un principio me resistí al cambio y traté de prolongar mi estancia allí, llegando a forzar a mi familia a que nos quedáramos unos días más. Pero el cambio llegó y ahora me arrepiento de no haber visto antes las ventajas del lugar en el que vivo, que yo diría que son, incluso, mayores que en mi antiguo hogar.
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ResponderEliminar¿Alguien tiene una historia que contar que guarde cierta similitud? Estaría encantado de leerla.
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